...la Biblia de Jerusalén
I Corintios 11, 1-13
1 Sed mis imitadores, como lo soy de Cristo.
2 Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis
las tradiciones tal como os las he transmitido.
3 Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es
Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.
4 Todo hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su
cabeza.
5 Y toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a
su cabeza; es como si estuviera rapada.
6 Por tanto, si una mujer no se cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y
si es afrentoso para una mujer cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra!
7 El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues es imagen y reflejo de
Dios; pero la mujer es reflejo del hombre.
8 En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del
hombre.
9 Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por
razón del hombre.
10 He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de
sujeción por razón de los ángeles.
11 Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer,
en el Señor.
12 Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace
mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
13 Juzgad por vosotros mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios
con la cabeza descubierta?